La radiación ultravioleta o RUV es un tipo de radiación electromagnética que emite el sol y que llega a la Tierra en forma de fotones. Estos componen la radiación UVC, UVB y UVA. La radiación UVC no llega a la Tierra porque es absorbida en las capas superiores de la atmósfera. La radiación UVB produce efectos agudos en poco tiempo por tener un alto nivel de energía y la radiación UVA provoca efectos más crónicos por poseer un nivel de energía menor y porque penetra las capas más profundas de la piel.
La RUV es emitida por el sol, pero se puede encontrar además en artefactos destinados a broncear la piel, como son las camas bronceadoras y las lámparas solares, que trabajan, sobre todo, en base a la emisión de rayos UVA, los que pueden producir quemaduras de distinto nivel. El daño recibido por la piel al estar en contacto prolongado con este tipo de rayos es progresivo y sus efectos pueden tardar años en aparecer.
Debido al impacto que tiene la radiación UV en la salud de los seres vivos, existen indicadores que ayudan a medir su nivel de modo de mantener informada a la gente a lo largo del año. En primavera y verano los índices de la RUV tienden al alza, es decir, son altamente peligrosos para la piel, disminuyendo durante el otoño y el invierno, sin dejar de ser un peligro para la salud. Por esto, se recomienda usar vestuario, lentes, sombrero y loción fotoprotectora durante todo el año, incluyendo los días nublados y pese a no encontrarse necesariamente en espacios exteriores. La RUV A traspasa las ventanas, por ello, sigue siendo un riesgo para la piel. Sin embargo, los vidrios filtran la RUV B.
Consecuencias de exponerse prolongadamente al sol
Pese a los beneficios que genera tomar sol, existen diversas consecuencias negativas resultantes de una exposición prolongada a la radiación UV. Algunas de ellas son:
A corto plazo
- Quemadura de la piel: ésta comienza con un eritema o enrojecimiento, para luego producir edema y ampollas.
- Daños a los ojos: el exceso de radiación UV produce enrojecimiento, irritación, visión borrosa, ceguera temporal y crónica.
A mediano y largo plazo
- Fotoenvejecimiento: los rayos UV causan la aparición de arrugas y manchas en la piel.
- Cataratas y pterigión la RUV favorece el desarrollo de cataratas, pterigión y otras patologías asociadas a la visión.
- Cáncer de piel: es una de las consecuencias más severas de la exposición prolongada a la radiación UV. Los rayos UVA y UVB van afectando de manera progresiva las células que conforman la epidermis lo que termina generando distintos tipos de cáncer a la piel, siendo el más mortal el melanoma.
¿Cómo protegerse de la radiación UV?
Existen diversas medidas destinadas a la prevención del daño provocado por el exceso de exposición solar. Ninguna de ellas es suficiente por sí sola, razón por la que, se recomienda usarlas de modo complementario y de manera constante durante a lo largo de todo el año.
El revisar el índice de UV a diario, preferir la sombra, cubrirse con vestuario con tejido denso, utilizar lentes con filtro UV, usar sombreros de ala ancha y usar lociones fotoprotectoras, conforman un pack de medidas preventivas que deben transformarse en hábitos generando una cultura de autocuidado ante el impacto de la RUV.
Protector solar o fotoprotector
Entre los protectores solares o fotoprotectores que se pueden encontrar en el mercado existen fotoprotectores que contienen filtros minerales y filtros químicos. Los filtros minerales actúan como una pantalla, reflejando y dispersando los fotones RUV que llegan a la piel. En cambio, los filtros químicos interactúan con el fotón que incide en la piel, absorbiendo la energía de éste y liberándola como calor. Es importante escoger, entre ellas, las que posean el factor adecuado al tipo de piel, ya sea según su pigmentación y características particulares, existiendo, por ejemplo, algunos fotoprotectores en formato de gel para las pieles más grasas. También se puede encontrar fotoprotectores enriquecidos con activos que ayudan a combatir el envejecimiento celular y que previenen la aparición de manchas.
Independiente de cuál se utilice, es crucial seguir las instrucciones de uso como aplicarse la loción 30 minutos antes de exponerse al sol, en una cantidad suficiente para cubrir completamente la piel y reaplicarse cada 2 horas.