La radiación ultravioleta (RUV) emitida por el sol, está compuesta por fotones que tienen distintas longitudes de onda y por lo tanto distintos niveles de energía. Para una mejor comprensión de todo tipo de público en el siguiente texto esta radiación (RUV) la nombraremos como “Rayos UV”.
Con el debilitamiento de la capa de ozono, la exposición a la RUV se ha vuelto un peligro para la salud, por lo que, si no se puede evitar salir en horarios en los que el índice de radiación UV es alto, deben adoptarse una serie de medidas con la finalidad de proteger la piel y los ojos del contacto directo con el sol.
El daño que provoca la exposición a la RUV sin tomar precauciones relacionadas con resguardar la piel de los rayos uv, es acumulativo, por lo que, los síntomas suelen aparecer tiempo después. Por esta razón, se suele subestimar el peligro al que nos exponemos. Pero, aunque el daño tarde en manifestarse, comienza a gestarse desde que decidimos tomar sol sin adoptar medidas como el aplicarnos un fotoprotector de amplio espectro.
La exposición al sol sin precaución puede desarrollar enfermedades a la piel, los ojos y el sistema inmunológico. En cuanto a la piel, puede generar desde eritemas, hasta, en casos más graves, cáncer.
¿Cuál es el tipo de cáncer de piel más agresivo?
El cáncer es una enfermedad que provoca una proliferación descontrolada de células. Esta multiplicación de células puede aparecer en distintas partes del cuerpo, pudiendo también manifestarse en la piel. Cuando ocurre en este órgano, se denomina cáncer de piel.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y tiene varias capas, pero las dos principales son la epidermis (capa superior o externa) y la dermis (capa inferior o interna). El cáncer de piel comienza en la primera, la epidermis. Esta se compone de tres tipos de células:
- Células basales: son las células de la capa basal de la piel.
- Células escamosas: son las células de capa espinosa de la epidermis.
- Melanocitos: se hallan entre los queratinocitos de la capa basal de la epidermis son las encargadas de producir melanina. La melanina es el pigmento que le da color a la piel. Cuando la piel se expone al sol sin llevar fotoprotector, los melanocitos producen más pigmento y hacen que la piel se oscurezca.
Pese a lo que se pueda pensar, el cáncer de piel es un tipo de cáncer muy común. Existen algunos factores que hacen que algunas personas tengan un riesgo más alto de desarrollar cáncer de piel que otras, pero, si existe una exposición a la RUV sin tomar medidas adecuadas, este cáncer puede desarrollarlo cualquiera.
La causa más frecuente del cáncer de piel suele ser el tomar sol sin protección en horarios en que la RUV presenta un índice alto, sin embargo, también puede desarrollarse por el uso de camas o lámparas bronceadoras, ya que, en éstas también se encuentran presentes los rayos UVA y UVB.
Existen tres tipos tipos de cáncer de piel que son comunes, el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma, que reciben su nombre dependiendo de la célula en la que se originan.
Carcinoma basocelular
Este tipo de cáncer es uno de los más comunes y se origina en las células basales, que se encuentran en la capa basal de la epidermis. Pese a tener un buen pronóstico, de ser tratado a tiempo, puede ocasionar lesiones y cicatrices graves, además de tener un tratamiento costoso.
Carcinoma espinocelular
Este segundo tipo de cáncer, también es frecuente. A diferencia del anterior, se origina en las células escamosas, que se hallan en la capa espinosa de la epidermis. También tiene un tratamiento costoso y puede provocar lesiones graves, pese a tener un buen pronóstico.
Melanoma
Por último, el melanoma, que es el tercer tipo de cáncer de piel más común, pese a ser menos frecuente que los anteriores, es el más peligroso y causa la mayor cantidad de las muertes.
El melanoma se origina en los melanocitos. Debido a su capacidad de producir metástasis ( propagarse por diversas partes del cuerpo), incluidos órganos vitales, tiene mal pronóstico, siendo, en la mayoría de los casos, mortal, si su diagnóstico es tardío.
Como se mencionó anteriormente, existen factores de riesgo en el desarrollo del cáncer de piel, entre ellos están: tener piel clara, ojos azules o verdes, cabello rubio o pelirrojo, cierto tipo de lunares o numerosos lunares, contar con antecedentes familiares de cáncer de piel o antecedentes personales de cáncer de piel, tener una edad avanzada y, por último, haberse expuesto sin protección a los rayos UV y vivir en zonas de alta intensidad de radiación UV.
De los antecedentes mencionados, el único que se puede controlar es la exposición responsable a la RUV, por lo que, independiente de la estación del año y de la hora, es imprescindible usar un fotoprotector de amplio espectro y reaplicarse cada tres horas aproximadamente.
El cáncer de piel puede prevenirse si se toman las medidas necesarias, y, aunque el uso de fotoprotector es la más importante, lo ideal es tomar todas las precauciones necesarias.