Cáncer y lesiones precancerosas: conceptos clave
El cáncer de piel es una de las enfermedades profesionales más frecuentes en trabajadores expuestos de manera prolongada a la radiación solar. Consciente de esta realidad, Sunwork Educa ha desarrollado un módulo especializado sobre Cáncer y lesiones precancerosas, cuyo objetivo es entregar herramientas técnicas y preventivas a prevencionistas de riesgos y trabajadores que desarrollan sus labores al aire libre.
¿Qué es el cáncer de piel y qué son las lesiones precancerosas?
El cáncer se define como una proliferación descontrolada de células anómalas que invaden y destruyen los tejidos corporales.
Por su parte, las lesiones precancerosas son alteraciones que pueden transformarse en cáncer o tienen una alta probabilidad de evolucionar hacia él.
Entre las más frecuentes se encuentran los lunares que cambian con el tiempo y la queratosis actínica, especialmente común en trabajadores expuestos a radiación ultravioleta (RUV).
Factores de riesgo en el entorno laboral
El cáncer de piel es una enfermedad multifactorial; sin embargo, en el ámbito ocupacional existen factores que aumentan significativamente el riesgo:
- Exposición prolongada a radiación ultravioleta (RUV).
- Contacto con sustancias químicas como hidrocarburos aromáticos (alquitranes, aceites minerales).
- Exposición a arsénico, presente en plaguicidas y procesos industriales como fundiciones de cobre y plomo.
A estos se suman condiciones individuales —edad, tipo de piel y antecedentes familiares— que pueden potenciar la probabilidad de desarrollar lesiones malignas.
Clínica y diagnóstico temprano
El cáncer de piel suele manifestarse con signos sutiles que muchas veces pasan inadvertidos:
- Lesiones que cambian de forma, tamaño o color.
- Manchas ásperas o costrosas (queratosis actínica).
- Lunares que evolucionan hacia formas irregulares y asimétricas.
El diagnóstico precoz es fundamental. Detectar a tiempo estas señales permite detener la progresión hacia lesiones invasivas y mejorar la respuesta al tratamiento.
Radiación ultravioleta: un riesgo invisible pero constante
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó la luz UV solar como carcinógeno del Grupo 1, es decir, con evidencia suficiente de su relación directa con la formación de tumores cutáneos.
En el trabajo al aire libre, la radiación ultravioleta no distingue estaciones: actúa tanto en invierno como en verano. Por ello, la fotoprotección debe integrarse como una medida preventiva estándar en todas las faenas expuestas.
Medidas de control y gestión del riesgo
El rol del prevencionista de riesgos es clave en la gestión integral del cáncer de piel laboral. La estrategia debe combinar medidas de ingeniería, administrativas y de protección personal, tales como:
- Ingeniería: instalación de cobertizos, mallas sombreadoras o vidrios con filtro UV.
- Administrativas: rotación del personal, pausas a la sombra y organización de las tareas en horarios de menor radiación.
- Equipos de protección personal (EPP): uso de gorros, lentes, ropa adecuada y, de forma obligatoria, fotoprotector solar.
La fotoprotección no es un cosmético, sino un EPP regulado que previene una de las enfermedades profesionales más graves: el cáncer de piel.
Reconocimiento como enfermedad laboral
Para que un cáncer sea reconocido como de origen laboral, se aplican los criterios epidemiológicos de Bradford-Hill, que consideran factores como la dosis-respuesta, la consistencia en los estudios y la plausibilidad biológica del agente causal.
En Chile, la legislación vigente —Ley 16.744, D.S. 594 y D.S. 109— establece claramente que la radiación ultravioleta es un riesgo laboral que debe ser gestionado de manera formal y documentada.
Fotoprotección: la clave para prevenir
Los beneficios de la fotoprotección diaria son amplios y comprobados:
- Previene las quemaduras solares.
- Reduce el fotoenvejecimiento.
- Evita lesiones precancerosas.
- Disminuye el riesgo de cáncer de piel.
Aplicar protector solar durante las faenas debe ser tan habitual como usar casco o guantes. La fotoprotección es parte esencial del equipo de seguridad personal.
El cáncer de piel asociado al trabajo no es un destino inevitable, sino una consecuencia prevenible. El prevencionista de riesgos cumple un rol crucial: identificar factores de exposición, educar a los equipos, implementar medidas de control y garantizar el uso obligatorio del fotoprotector como EPP.
Cuidar la piel del trabajador es proteger su vida y su derecho a un entorno laboral seguro.
