Efectos en la piel por la contaminación
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Efectos en la piel por la contaminación en invierno

Durante el invierno, nuestra piel enfrenta una doble amenaza: las bajas temperaturas y la alta concentración de contaminantes en el aire. La combinación de estos factores provoca un mayor deterioro de la barrera cutánea, dejando la piel más vulnerable, seca e irritable. Los efectos en la piel por la contaminación en invierno pueden generar un ciclo vicioso dañino para la salud

El aire frío reseca la piel, dejándola más expuesta a la acción de los contaminantes. La barrera lipídica, nuestra protección natural, se debilita por las bajas temperaturas, lo que facilita la penetración de toxinas y microorganismos. Además, el viento y los cambios bruscos de temperatura agravan la sensación de tirantez, descamación y picor.

 

Efectos de las partículas contaminantes en la barrera cutánea

La contaminación atmosférica está compuesta por partículas finas, óxidos de nitrógeno, ozono y metales pesados que penetran en las capas superficiales de la piel. Estas partículas generan estrés oxidativo, promoviendo la formación de radicales libres que dañan el colágeno, la elastina y los lípidos naturales. Como resultado, la piel pierde firmeza, elasticidad y se acelera el envejecimiento cutáneo.

 

La polución y las bajas temperaturas: Una combinación dañina

La exposición simultánea a frío y contaminación tiene un efecto sinérgico sobre la piel. Estudios dermatológicos indican que esta combinación no solo aumenta la pérdida de agua transepidérmica, sino que también provoca inflamación crónica de bajo grado, visible en forma de enrojecimiento, irritación y brotes de dermatitis.

En las ciudades con altos índices de polución durante el invierno, como Santiago, Madrid o Ciudad de México, es común observar un aumento de consultas dermatológicas por problemas cutáneos relacionados con la contaminación. Esto es especialmente notorio en personas con piel sensible o con condiciones previas como rosácea o dermatitis atópica.

 

Principales efectos en la piel por la contaminación en invierno

Los meses fríos traen consigo una serie de afecciones cutáneas que pueden empeorar con la exposición a la contaminación ambiental. Entender estos problemas es clave para adoptar medidas preventivas y evitar complicaciones.

Sequedad, irritación y descamación: los más comunes

La sequedad cutánea es el síntoma más frecuente en invierno. La piel pierde humedad debido a la disminución de la producción de sebo y a la menor humedad ambiental. Este fenómeno se agrava al pasar del frío exterior al calor seco de interiores calefaccionados, lo que genera un efecto de “choque” que reseca aún más la epidermis.

La irritación se manifiesta como enrojecimiento, ardor y sensación de picazón. En muchos casos, la piel comienza a descamarse, dejando pequeñas escamas visibles en áreas como mejillas, frente y nariz. Este tipo de piel requiere cuidados especiales para restaurar la barrera protectora y evitar infecciones secundarias.

Dermatitis y eccemas agravados por el frío y la contaminación

Las personas con antecedentes de dermatitis atópica, eczema seborreico o psoriasis suelen notar un empeoramiento de sus síntomas durante el invierno. La contaminación actúa como un factor desencadenante y agravante, provocando brotes más intensos y prolongados.

Además, la piel inflamada es más susceptible a los efectos nocivos de las partículas contaminantes, lo que crea un ciclo vicioso: la inflamación aumenta la permeabilidad cutánea, permitiendo que más toxinas penetren y perpetúen el daño.

 

Profesiones más afectadas por la dermatitis invernal

No todas las personas están expuestas de igual manera a los factores ambientales agresivos. Algunas ocupaciones enfrentan un mayor riesgo de desarrollar dermatitis y otros problemas cutáneos relacionados con el frío y la contaminación.

1. Trabajadores al aire libre

Profesionales como obreros de la construcción, repartidores, agricultores y agentes de tráfico pasan largas horas expuestos al aire libre, bajo condiciones climáticas extremas. La combinación de frío, viento y contaminantes aumenta la probabilidad de irritación, grietas y eccemas en la piel, especialmente en manos y rostro.

2. Personal sanitario y de limpieza

Durante el invierno, los médicos, enfermeros y personal de limpieza suelen lavar sus manos con mayor frecuencia y utilizar desinfectantes agresivos, lo que debilita la barrera cutánea. Esto, sumado al uso prolongado de guantes y mascarillas, favorece la aparición de dermatitis de contacto y problemas de irritación facial.

3. Otros oficios de riesgo

Otras ocupaciones vulnerables incluyen a pescadores, repartidores de gas, policías y jardineros, quienes también enfrentan cambios bruscos de temperatura y exposición prolongada a agentes irritantes. En estos casos, la prevención es fundamental mediante el uso de guantes, cremas de barrera y ropa adecuada.

 

Recomendaciones para proteger la piel en invierno

Para contrarrestar los efectos negativos del frío y la contaminación, es esencial adoptar una rutina de cuidado específica durante los meses invernales. Productos como Dermablock Emulsión, indicado para proteger la piel de los trabajadores expuestos a polución atmosférica, lluvia ácida o pesticidas lo que puede generar resequedad, inflamación, descamación, hipersensibilidad, engrosamiento o pérdida de elasticidad en la piel. Además, actúa como coadyuvante del fotoprotector en la prevención del cáncer de piel en trabajadores expuestos a radiación ultravioleta y contaminación.

 

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