Los rayos solares UV tienen efectos positivos y negativos en nuestra salud. Gracias a los avances de la ciencia respecto de este tema, en la actualidad tenemos una cantidad de información importante que da cuenta del peligro que reviste el exponerse al sol por periodos de tiempo prolongados sin usar protección solar.
Si bien contamos con información constante respecto del daño que los rayos solares UV provocan a la piel, debido a que existen varias campañas destinadas a educarnos acerca del uso del fotoprotector de amplio espectro, no resulta tan fácil encontrar datos sobre los efectos nocivos que tienen los rayos UV sobre los ojos.
Así como se ha descubierto que el daño provocado por el sol en la piel es acumulativo, hoy sabemos que la radiación UV también produce efectos adversos en la salud de los ojos y que este tipo de daño es acumulativo y permanente.
Los rayos UV, al exponernos al sol sin proteger nuestros ojos, pueden afectar distintas partes de estos, entre ellas, la córnea, el cristalino, el iris, la retina y los tejidos epiteliales y conjuntivales, produciendo diferentes tipos de enfermedades.
Además de afectar estas distintas partes del ojo, la RUV causa daño en cuatro estructuras fundamentales de este: la conjuntiva, la córnea, el cristalino y la retina, por lo que, finalmente, se podría concluir que los rayos UV terminan impactando negativamente el ojo en su conjunto, limitando con ello sus funciones.
El daño que ocasionan los rayos solares UV a las distintas partes y estructuras que conforman el ojo se puede clasificar del siguiente modo:
Cristalino
La exposición a la radiación UV ocasiona que, con el tiempo, el cristalino adopte un color amarillo, es decir, pierda su transparencia, lo que se debe a que haya cambios en sus proteínas a causa de los rayos UVB.
Retina
El cristalino funciona como una especie de escudo frente a la acción de los rayos solares UV, manteniendo protegida a la retina, pero, en la medida que el cristalino va degradándose debido al impacto de la RUV, la retina puede verse afectada.
Conjuntiva
La RUV daña con mucha facilidad esta estructura ocular, ya que tiene la capacidad de producir reacciones oxidativas en ella y distintas formas de muerte de células.
Córnea
La córnea está compuesta por el epitelio y el endotelio, este último incapaz de regenerarse, y ambas partes son muy susceptibles a la acción de la RUV, específicamente a la de los rayos UVB que dañan de manera significativa el mecanismo de protección antioxidante corneal. Esto tiene como consecuencia que la córnea sufra daños junto con otras estructuras del ojo.
¿Cómo afectan los rayos UV en los ojos?
Existen varias enfermedades oculares producto de la exposición a la radiación UV por periodos de tiempo prolongados sin usar protección adecuada, por lo que resulta imprescindible cuidar nuestra piel y nuestros ojos si vamos a estar al sol en horarios en que el índice UV marca niveles peligrosos.
Algunas afecciones oculares causadas por los rayos solares UV son: cataratas, degeneración macular, carcinoma de células escamosas, melanoma ocular, pinguécula, pterigión, queratoconjuntivitis por UV y queratopatía climática.
Degeneración macular
La degeneración macular suele asociarse a la edad, sin embargo, es muy probable que este hecho se relacione directamente con el tiempo que se expone una persona a los rayos UV, considerando que estos causan un daño acumulativo en los ojos.
Pinguécula
Se trata de una lesión benigna que, por lo general, aparece en el limbo nasal y tarda varios años en desarrollarse. Los síntomas que presenta son sequedad y molestias
Pterigión
Esta enfermedad es producto de exponerse a los rayos UV por bastante tiempo, por lo que suele aparecer en personas que han vivido muchos años en lugares con mucho sol, clima seco y ventoso. Reviste un riesgo importante pues afecta la visión.
Fotoqueratitis
La queratoconjuntivitis o fotoqueratitis es una afección que progresa lentamente debido a un daño acumulativo causado por los rayos UV sobre las células epiteliales que mueren producto de esta exposición afectando la agudeza visual. Un síntoma recurrente es el de sentir “arena en el ojo”.
Cataratas corticales
Si bien la herencia y la edad son factores que impactan de manera significativa en el desarrollo de esta enfermedad, la exposición a los rayos UV implica un factor de riesgo importante, por lo que es recomendable protegerse siempre del sol, sobre todo si se tiene antecedentes familiares.
Por todo lo mencionado, es fundamental utilizar medidas de protección como el uso de lentes de sol con filtro UV certificado. Idealmente, las gafas de sol adecuadas deberían cubrir los laterales, de manera de no recibir la RUV por ningún lado. También se recomienda utilizar sombreros de ala ancha, de modo de que, junto con los lentes, protejan completamente los ojos.
En casos puntuales en que la gente deba trabajar al sol, existen anteojos de sol especialmente fabricados bajo normas muy estrictas para proteger la salud de los ojos de los obreros.
Para saber más sobre este tema, lee nuestro blog.